Ante un proyecto de edificación, la cimentación es una de las partes más importantes de la estructura. Además, es un elemento que no puede ser elegido a la ligera, sino que dependerá de diferentes factores de entre los cuales uno de los más determinantes es el terreno sobre el que se edificará.
Por ese motivo, en este artículo se analizarán cuáles son los tipos de cimentación que existen y el más apropiado en función del tipo de terreno sobre el que se levantará la estructura.
Tipos de cimentación
La cimentación es la parte de la estructura que transmite su carga al terreno de apoyo y para poder definir la más adecuada durante la fase proyecto es necesario conocer las características del terreno, por lo tanto será necesario disponer de un estudio geotécnico.
Las cimentaciones se clasifican, en función de la profundidad de apoyo, en: cimentación superficial o directa y cimentación profunda.
Cimentación superficial y directa
Con una cimentación superficial se transmite la carga de la estructura a las capas de terreno más superficiales. La capacidad de carga que ésta será capaz de transmitir al terreno dependerá de su dimensión ya que será proporcional a su tamaño. Este tipo de cimentación suele tener una profundidad de contacto menor de 4 metros. Existen diferentes tipos:
- Zapata aislada: se trata de un bloque de hormigón armado que transmite la carga de un pilar al terreno. Normalmente el terreno más apropiado para este tipo de cimentación es un suelo muy firme o firme. debido a que se concentra la carga de una parte de la estructura en una zona de terreno relativamente pequeña.
- Zapata corridas: son similares a la zapata aislada, pero en lugar de asumir el peso de un único pilar, asumen el peso de un elemento longitudinal, como un muro o una línea de diferentes pilares. Suelen ser una de las soluciones más utilizada dado que son uno de los sistemas más económicos y fáciles de ejecutar Es un tipo de cimentación apropiado para firme o bastante firme.
- Losa de cimentación: Cuando el suelo es muy poco resistente o heterogéneo ésta representa la mejor solución. En este caso, la cimentación se extiende por toda la superficie de la estructura transmitiendo su carga sobre una porción de terreno muy grande. También se trata de una buena solución cuando la estructura posee una superficie pequeña en relación a su volumen como puede en el caso de rascacielos y torres.
Cimentación profunda
Cuando el terreno superficial no es lo suficientemente resistente para soportar las cargas de una estructura, resulta necesario realizar una cimentación que transmita estas cargas a niveles más profundos y más resistentes. Esto también resulta necesario cuando se producen esfuerzos de tracción como por ejemplo en los edificios muy altos debido a la acción del viento. De esta clase de cimentaciones existen varios tipos:
- Pilote: se trata de un elemento en forma de columna que permite transferir al terreno más profundo las cargas de la estructura. Puede ser realizado en hormigón armado, acero o madera y normalmente se utilizan para obras de gran envergadura debido al elevado tamaño de las maquinarias.
- Micropilote: es similar al pilote pero de tamaño más reducido. Normalmente está constituido por un tubo de acero colocado en el interior de un taladro perforado en el terreno y relleno tanto interna como externamente con una lechada de cemento. Se utiliza cada vez más a menudo en el sector de la construcción gracias a la buena relación calidad precio. La empresa DIFECH ha desarrollado un micropilote hincado de baja invasividad denominado PushPile que se puede instalar incluso en el interior de una vivienda sin tener que realizar obras importantes.
- Muro pantalla: es un tipo de cimentación que actúa como un muro de contención. Normalmente se utiliza en zonas urbanas cuando es necesario excavar en profundidad y contener las tierras y el agua subterráneas. Como ejemplo, se emplea durante la construcción de parkings, túneles sótanos o carreteras.